Nuevos testimonios sobre abusos
Recientemente, nuevos testimonios han salido a la luz sobre las agresiones sexuales sufridas por mujeres a manos del magnate egipcio Mohamed Al Fayed, conocido por su posesión de Harrods y su vinculación con la trágica muerte de su hijo Dodi Fayed y la princesa Diana. Un reciente documental de la BBC titulado Al Fayed: un depredador en Harrods ha puesto el foco sobre las prácticas abusivas de Al Fayed, provocando que varias mujeres que trabajaron para él en la tienda de lujo compartan sus aterradoras experiencias.
Atrapadas en el círculo de control y abuso sexual del magnate
Las últimas voces que se han sumado a las denuncias son las de Jen y Cheska Hill-Wood, quienes se vieron atrapadas en el círculo de control y abuso sexual del magnate. Ambas mujeres trabajaron en Harrods cuando eran jóvenes, y han revelado detalles escalofriantes sobre cómo Al Fayed las sometió a pruebas ginecológicas invasivas para asegurarse de que eran vírgenes. Jen, que en la actualidad tiene 54 años, relató que, al preguntarle por el examen, el médico de Harrods le explicó que era necesario para comprobar su «pureza». Este control fue solo el principio de un patrón de abuso por parte de Al Fayed.
No fueron las únicas en sufrir este trato
Jen y Cheska no fueron las únicas en sufrir este trato. A lo largo de los años, muchas otras trabajadoras han denunciado una serie de abusos físicos y psicológicos por parte de Al Fayed, quien utilizaba su poder y su influencia para silenciar a las víctimas mediante amenazas. Jen recordó cómo, tras sufrir múltiples agresiones sexuales, nunca se atrevió a contarle a nadie lo sucedido, ya que el miedo a las represalias era palpable. Al Fayed no solo abusaba de ellas, sino que también les prohibía tener relaciones sentimentales fuera del trabajo, utilizando su control sobre sus vidas personales para mantenerlas bajo su poder.
Aprovechó su ambición por convertirse en actriz
Cheska, por su parte, también vivió una experiencia traumática con Al Fayed, quien aprovechó su ambición por convertirse en actriz. El magnate le ofreció presentarla a su hijo Dodi Fayed, quien estaba involucrado en la producción cinematográfica. Sin embargo, lo que comenzó como una oportunidad profesional rápidamente se transformó en una pesadilla. En una ocasión, Al Fayed la llevó a su habitación bajo el pretexto de hacerle una prueba para una película sobre Peter Pan. Una vez allí, la joven fue forzada a ponerse un traje de baño y actuar frente a una cámara en una escena humillante y sexualizada.
La llevó a huir y a nunca más regresar a Harrods
La frase que Cheska debía pronunciar ante la cámara era «Poséeme, poséeeme, por favor». La situación se intensificó cuando Al Fayed la atacó físicamente, besándola a la fuerza, lo que la llevó a huir y a nunca más regresar a Harrods. Este episodio fue solo uno de los muchos en los que el empresario explotó su poder para someter a mujeres a situaciones de abuso sexual, sin que ellas pudieran hacer nada por detenerlo.
Tomó la valiente decisión de abandonar su trabajo en Harrods
Tras este incidente, Cheska tomó la valiente decisión de abandonar su trabajo en Harrods, pero las cicatrices emocionales de su experiencia la acompañaron por mucho tiempo. La presión y el miedo de perder su carrera en el cine, junto con las amenazas de Al Fayed, la dejaron en un estado de constante ansiedad y temor. A pesar de lo sucedido, muchas de las mujeres que sufrieron estas agresiones prefirieron no hablar por años, debido al poder de Al Fayed y a la vergüenza que sentían al ser víctimas de un abuso tan humillante.
Conocido por su carácter autoritario y su poder en el mundo empresarial
Al Fayed, conocido por su carácter autoritario y su poder en el mundo empresarial, construyó una imagen pública que no coincidía con los oscuros secretos que escondía. El abuso sistemático de mujeres en su círculo laboral era una realidad que nadie se atrevía a cuestionar, debido a la reputación que él había logrado forjar en la sociedad británica. Solo ahora, tras años de silencio, estas mujeres están encontrando la valentía para compartir sus testimonios y dar a conocer la verdadera naturaleza del magnate.
Un recordatorio de cómo los poderosos pueden usar su influencia para explotar a los más vulnerables
El caso de Al Fayed es un recordatorio de cómo los poderosos pueden usar su influencia para explotar a los más vulnerables, creando un entorno donde las víctimas se sienten atrapadas y sin esperanza. En el mundo del espectáculo y el comercio, la figura de Al Fayed parecía intocable, pero los testimonios de estas mujeres finalmente están arrojando luz sobre las sombras de su imperio. Es crucial que se continúen investigando estos casos y que las voces de las víctimas sean escuchadas, para que situaciones como esta no se repitan.