Norman Foster recibe el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Autónoma de Madrid: arquitectura con propósito y mirada transformadora

El reconocido arquitecto británico fue homenajeado por su trayectoria y su compromiso con una arquitectura al servicio de la sociedad. La Universidad Autónoma de Madrid (UAM) otorgó el título de Doctor Honoris Causa al arquitecto británico Norman Foster, en una ceremonia que celebró no solo su legado profesional, sino también su visión humanista de la […]

El reconocido arquitecto británico fue homenajeado por su trayectoria y su compromiso con una arquitectura al servicio de la sociedad.

La Universidad Autónoma de Madrid (UAM) otorgó el título de Doctor Honoris Causa al arquitecto británico Norman Foster, en una ceremonia que celebró no solo su legado profesional, sino también su visión humanista de la arquitectura como herramienta de transformación social. El acto, presidido por la rectora Amaya Mendikoetxea, reunió a académicos, estudiantes, autoridades y figuras del mundo cultural, consolidando el vínculo entre pensamiento, diseño y compromiso público.

Norman Foster investido Doctor Honoris Causa por la Universidad Autónoma de Madrid. © GTRES

Un reconocimiento más allá de los planos

Aunque la UAM no cuenta con estudios de arquitectura entre sus programas, la investidura de Foster responde a su impacto global como creador de espacios que dignifican la vida urbana. Obras como el viaducto de Millau en Francia, la cúpula del Reichstag en Berlín o la sede de Apple en California fueron citadas como ejemplos de cómo la técnica puede convertirse en poesía estructural. La rectora destacó que su trabajo “es una lección de humanidad”, y que su enfoque interdisciplinario conecta con los valores de la universidad.

Un discurso íntimo y esperanzador

Durante su intervención en el acto, Norman Foster ofreció un discurso profundamente emotivo, en el que reivindicó el valor de la educación como motor de transformación personal y colectiva. Con voz serena y mirada reflexiva, el arquitecto británico compartió recuerdos de su infancia en Manchester, marcada por la austeridad y la ausencia de referentes académicos.

Fui el primero de mi familia, de hecho de mi barrio, en entrar en la universidad”, confesó ante el auditorio, subrayando el impacto que tuvo en su vida el acceso a la formación superior. Foster agradeció especialmente a las instituciones que marcaron su trayectoria: la Universidad de Manchester, donde dio sus primeros pasos en arquitectura, y la Universidad de Yale, que le abrió las puertas a una visión internacional y multidisciplinar del diseño.

Norman Foster investido Doctor Honoris Causa por la Universidad Autónoma de Madrid. © GTRES

El arquitecto insistió en que la universidad no debe ser un privilegio, sino una herramienta de equidad, un espacio donde se cultiva el pensamiento crítico y se construyen oportunidades reales. “La universidad fue mi pasaporte hacia un mundo que ni siquiera sabía que existía”, afirmó, reivindicando su papel como ascensor social, capaz de cambiar vidas, moldear futuros y derribar barreras invisibles.

Su discurso, cargado de memoria y gratitud, fue también una llamada a preservar el espíritu humanista de la educación, a fomentar la curiosidad y a defender el conocimiento como bien común. En un momento especialmente simbólico, Foster recordó que muchos de sus proyectos nacieron de preguntas sencillas formuladas en aulas humildes, y que la arquitectura, como la universidad, debe estar al servicio de la comunidad.

Ceremonia y símbolos académicos

El acto incluyó la lectura del acuerdo del Consejo de Gobierno por parte del secretario general Domingo Jesús Jiménez-Valladolid, seguido de la laudatio a cargo del profesor Diego Barrado. La rectora impuso a Foster los símbolos del doctorado: el birrete laureado, el anillo universitario, los guantes blancos y el Libro de la Ciencia, que lo incorporan oficialmente al claustro de doctores de la UAM.

Norman Foster investido Doctor Honoris Causa por la Universidad Autónoma de Madrid, acompañado por su mujer, Elena Ochoa. © GTRES

Arquitectura como ética y ciudadanía

Foster aprovechó su discurso para reflexionar sobre el papel del diseño en la construcción de ciudades más justas, sostenibles y habitables. Citó al historiador del arte Vincent Scully como uno de sus referentes, y defendió que la arquitectura debe estar al servicio de la comunidad. “Diseñar es imaginar futuros posibles”, afirmó, subrayando que los espacios que habitamos influyen directamente en nuestra calidad de vida y en nuestra forma de relacionarnos.

Un vínculo con España que se fortalece

La investidura refuerza la relación de Foster con España, donde tiene sede la Norman Foster Foundation, dedicada a la investigación y la formación en arquitectura, urbanismo y sostenibilidad. Desde Madrid, la fundación impulsa proyectos que conectan tecnología, cultura y diseño, y que buscan dar respuesta a los desafíos del siglo XXI.

El Doctorado Honoris Causa otorgado a Norman Foster por la Universidad Autónoma de Madrid es más que un reconocimiento académico: es una celebración de la arquitectura como lenguaje ético, como herramienta de inclusión y como expresión de futuro. En tiempos de transformación urbana y climática, su visión se convierte en un referente para Latinoamérica y el mundo, recordándonos que construir es también cuidar.