La firma Carolina Herrera protagonizó un momento histórico en el corazón de Madrid al presentar su colección Primavera-Verano 2026 en la emblemática Plaza Mayor, transformando el espacio en una pasarela al aire libre que combinó elegancia, identidad cultural y espectáculo visual. Bajo la dirección creativa de Wes Gordon, el desfile marcó un hito: fue la primera vez que la marca mostraba su línea principal fuera de Nueva York en más de cuatro décadas.
La propuesta escénica fue tan audaz como refinada. Con una pasarela instalada entre los arcos centenarios y una iluminación cálida que resaltaba la arquitectura del lugar, el evento reunió a más de 800 invitados, entre ellos Pedro Almodóvar, Sebastián Yatra, Olivia Palermo, Alexa Chung, Rossy de Palma y editoras de moda internacionales como Eva Chen. La modelo Miriam Sánchez abrió el desfile con un vestido negro de silueta imponente, dando inicio a una secuencia de looks que celebraban la fuerza y sofisticación de la mujer contemporánea.
La colección se inspiró en elementos icónicos de la cultura española: volantes, bordados florales, puntillas y siluetas estructuradas que evocaban la tradición sin perder el enfoque moderno. La camisa blanca, símbolo de la casa, fue reinterpretada en clave escultural, mientras que los vestidos de noche incorporaron detalles artesanales y cortes dramáticos. Dos colaboraciones destacadas —con Palomo Spain y Sybilla— aportaron una mirada local que enriqueció el diálogo entre moda y territorio.
La música del desfile fue otro punto alto: clásicos del pop español como Cómo pudiste hacerme esto a mí y No controles acompañaron las salidas, conectando con el espíritu rebelde y creativo de la Movida Madrileña. Esta banda sonora, cuidadosamente seleccionada, reforzó el carácter emocional del evento y generó una atmósfera de celebración colectiva.
Wes Gordon explicó que eligió Madrid por su energía vibrante y su conexión emocional con la estética Herrera: “Esta ciudad tiene una elegancia natural, una alegría contagiosa y una historia que inspira”, comentó. La Plaza Mayor, con su carga simbólica y su belleza arquitectónica, se convirtió en el escenario perfecto para una colección que habla de poder, feminidad y legado.
Además del desfile, la firma activó una experiencia paralela en la Plaza del Callao, donde presentó su nuevo perfume La Bomba, reforzando su presencia en el mercado español y su apuesta por experiencias multisensoriales. La marca, parte del grupo Puig, reafirmó así su vínculo con España y su estrategia de expansión cultural.
La noche cerró con una ovación prolongada y una sensación compartida: Carolina Herrera no solo presentó una colección, sino que ofreció una experiencia artística y emocional que celebró la moda como lenguaje universal. Madrid, en esta ocasión, no fue solo sede: fue protagonista.
