Un reciente metaanálisis publicado en la revista BMC Medicine ha encendido las alarmas sobre el uso de medicamentos para perder peso, como Ozempic, Wegovy o Mounjaro, al confirmar que muchos pacientes experimentan una recuperación significativa del peso perdido tras suspender el tratamiento.
La investigación, liderada por expertos del Hospital Popular de la Universidad de Pekín, analizó datos de más de 2.400 pacientes en 11 ensayos clínicos aleatorizados. Los resultados muestran que, aunque estos fármacos —especialmente los agonistas del receptor GLP-1— son eficaces durante su uso, el peso comienza a reaparecer a partir de la octava semana después de interrumpir la medicación, y continúa aumentando durante al menos 20 semanas antes de estabilizarse.
El estudio también revela que el efecto rebote no depende exclusivamente del tipo de medicamento, sino también de factores como el cambio en el estilo de vida, la presencia de diabetes y la cantidad de peso perdido. Por ejemplo, pacientes tratados con tirzepatida durante 36 semanas recuperaron casi la mitad del peso perdido tras pasar a un placebo.
Los autores advierten que este fenómeno no es exclusivo de los medicamentos: también se ha observado en otros métodos como la cirugía bariátrica o el bypass gástrico, lo que sugiere que la memoria metabólica del cuerpo juega un papel importante en la recuperación de peso.
Aunque los medicamentos como Ozempic han revolucionado el tratamiento de la obesidad, el estudio plantea la necesidad de estrategias de seguimiento a largo plazo, incluyendo apoyo nutricional, psicológico y cambios sostenidos en el comportamiento, para evitar que el peso perdido vuelva rápidamente una vez finalizado el tratamiento.
