China culmina con éxito una misión espacial de seis meses con el regreso de tres astronautas desde la estación espacial Tiangong

Después de medio año orbitando la Tierra, los astronautas chinos Cai Xuzhe, Song Lingdong y Wang Haoze regresaron este miércoles a casa, culminando una de las misiones más prolongadas y productivas en la historia del programa espacial chino. El módulo de reentrada tocó tierra suavemente en la región de Mongolia Interior, en el borde del […]

Después de medio año orbitando la Tierra, los astronautas chinos Cai Xuzhe, Song Lingdong y Wang Haoze regresaron este miércoles a casa, culminando una de las misiones más prolongadas y productivas en la historia del programa espacial chino. El módulo de reentrada tocó tierra suavemente en la región de Mongolia Interior, en el borde del desierto de Gobi, después de un descenso controlado con paracaídas. El regreso tuvo que posponerse 24 horas debido a las condiciones meteorológicas adversas, habituales en esa zona durante la primavera.

Los tres astronautas despegaron el 30 de octubre de 2024 desde el centro de lanzamiento de Jiuquan a bordo de la nave Shenzhou-19, rumbo a la estación espacial Tiangong. Durante su estancia, no solo vivieron en gravedad cero, sino que llevaron a cabo una larga lista de experimentos científicos y mejoras técnicas que consolidan la estación como una instalación orbital de primer nivel.

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Entre los hitos más destacados de la misión está la caminata espacial de nueve horas protagonizada por Cai Xuzhe y Song Lingdong, la más larga jamás realizada por astronautas chinos. Durante esa salida al vacío espacial, instalaron nuevos sensores y realizaron tareas de mantenimiento esenciales para prolongar la vida útil de la estación.

El relevo en Tiangong se produjo con total normalidad. La nueva tripulación, llegada recientemente a bordo de la cápsula Shenzhou-20, asumió el control de las operaciones del laboratorio orbital. Además de los astronautas, la nueva misión transportó instrumental para experimentos relacionados con la vida en el espacio, física en microgravedad y desarrollo de tecnologías para futuras misiones de larga duración.

Tiangong, que significa «Palacio Celestial», es el fruto del esfuerzo autónomo de China en materia espacial, construido íntegramente por el país tras quedar excluido de la Estación Espacial Internacional. Esta exclusión, motivada por razones de seguridad nacional por parte de Estados Unidos, impulsó a Pekín a desarrollar su propio complejo orbital, que ya acumula varios años de funcionamiento.

Durante su misión, los astronautas no solo contribuyeron al avance científico, sino también al entrenamiento técnico que podría ser clave en futuras expediciones. El objetivo a medio plazo del programa espacial chino es enviar a un astronauta a la Luna antes del año 2030, un paso que colocaría al país en el selecto grupo de potencias con presencia humana en el satélite natural.

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El programa espacial chino está gestionado por el Ejército Popular de Liberación, lo que lo convierte en una extensión directa del poder estatal. Esto ha generado tensiones internacionales, pero también ha permitido una planificación y ejecución altamente centralizada y eficaz.

China, que ya ha logrado colocar sondas en Marte y en la cara oculta de la Luna, demuestra con cada misión que su ambición en el espacio va más allá de lo simbólico. Con el retorno de esta tripulación, vuelve a quedar claro que el país asiático está dispuesto a convertirse en uno de los líderes de la nueva carrera espacial del siglo XXI.

La recepción de los astronautas en tierra fue rápida y eficiente, con equipos médicos y técnicos desplazados al lugar del aterrizaje. En perfecto estado de salud, los tres tripulantes fueron trasladados para su evaluación y descanso, poniendo fin a una misión que refuerza la posición de China como potencia espacial consolidada.