En una celebración inesperada y tardía del Día de San Valentín, dos lugares aparentemente distantes y geográficamente distintos han revelado una sorprendente coincidencia. El helado lago Saint Clair, en América del Norte, y las salinas Las Barrancas, en Argentina. Ambos muestran, desde la perspectiva orbital de la Tierra, la forma de un corazón. Esta inesperada sincronía geográfica conecta dos mundos opuestos, pero igualmente hermosos, enviando un mensaje de amor desde el espacio.
El hielo de Saint Clair: un corazón gélido
A principios de 2025, el lago Saint Clair, en la frontera entre Michigan, Estados Unidos y Ontario, Canadá, apareció cubierto de una gruesa capa de hielo. Como cada invierno. Así se puede ver es imágenes captadas desde el espacio por el OLI-2 del Landsat 9 el 27 de enero. Este lago, que conecta los lagos Hurón y Erie, forma parte crucial de la vía navegable de los Grandes Lagos. En la imagen, además de la forma inconfundible de un corazón, se puede un canal de navegación que va de suroeste a noreste, y un delta fluvial que se despliega hacia el norte.
El invierno de 2024-2025 ha sido especialmente frío en la región. La capa de hielo en el lago Saint Clair se ha mantenido de forma notable desde principios de enero y, según el seguimiento del Laboratorio de Investigación Medioambiental de los Grandes Lagos, el hielo persistirá hasta mediados de febrero.
Los pescadores locales también han celebrado este regreso de las condiciones invernales favorables. Lo han hecho compartiendo historias de días fructíferos capturando diversas especies de peces bajo el grueso hielo.
Las Barrancas: un corazón en el calor del verano argentino
Al otro lado del hemisferio, en las áridas tierras bajas argentinas, las Salinas Las Barrancas ofrecen una imagen igualmente fascinante. Este salar, ubicado cerca de la ciudad portuaria de Bahía Blanca, muestra una curiosa forma de corazón en color rosa. La imagen, tomada en enero de 2024 desde la Estación Espacial Internacional, revela un paisaje marcado por la sal y el calor del verano austral. Un contraste total con el frío helado del lago Saint Clair.
A diferencia del lago helado, Las Barrancas es un salar que se encuentra por debajo del nivel del mar y recibe agua de lluvia. Durante los meses de verano se seca, permitiendo la extracción de sal de sus lechos. Este entorno tan árido es hogar de diversas especies de flora y fauna. Por ejemplo, del flamenco chileno y el cardenal amarillo, ambos en peligro de extinción. La sal de este salar es extraída desde hace décadas para abastecer diversas industrias en Argentina.
Un mensaje global de San Valentín
Lo que conecta estos dos lugares geográficamente opuestos es la sorprendente forma que ambos lagos comparten desde la órbita terrestre: un corazón. A través de los avances en la tecnología espacial, los astrónomos y satélites han podido captar estos dos paisajes. Así, la naturaleza, de manera inesperada, se ha unido para enviar un mensaje visual que trasciende las fronteras. Un mensaje que une dos regiones del planeta en una sutil celebración de San Valentín.
Aunque estos dos lugares no comparten muchos elementos en común, el simbolismo de su forma compartida y su captura a través de imágenes satelitales desde el espacio nos recuerda lo extraordinaria que es nuestra Tierra. A veces, incluso los rincones más remotos y opuestos pueden tener algo en común. Un latido de corazón que, en este caso, se puede ver desde el cielo.
