El rey Carlos III y la princesa Ana se presentaron este domingo en la iglesia de Santa María Magdalena de Sandringham para asistir al servicio dominical. Ambos se abrigaron con elegantes abrigos de invierno, enfrentándose a las bajas temperaturas de Norfolk. Sin embargo, la ausencia de la Reina fue notable, dejando a muchos admiradores preguntándose sobre su paradero.
Sólo el rey Carlos y su hermana, la princesa Ana llegaron al servicio religioso del domingo por la mañana. A pesar del frío, ambos parecían estar de muy buen humor, compartiendo sonrisas y saludos con los asistentes.
Numerosos simpatizantes se congregaron en Sandringham para saludar a los miembros de la realeza, una tradición que se ha mantenido durante años. La finca de Norfolk, extensa y majestuosa, sirve como punto de reunión para la familia real durante las festividades.
El Rey, protegido del frío con un grueso abrigo de invierno y unos pantalones a medida, llevaba un paraguas en caso de lluvia. Por su parte, la princesa Ana eligió un conjunto de falda y chaqueta para la ocasión, complementado con botas negras de ante, un gorro azul oscuro a juego y una bufanda roja brillante para protegerse del frío.
El monarca ha pasado el periodo navideño en compañía de su esposa, la reina Camilla, y otros miembros de la Familia Real en su residencia de Sandringham. Aunque la reina Camilla no estuvo presente en esta ocasión, sí se unió a la familia para el tradicional paseo del día de Navidad.
Durante el día de Navidad, Carlos acogió en su finca privada a 45 invitados, entre ellos su hijo mayor, el príncipe Guillermo, Kate Middleton y sus tres hijos: Jorge, Carlota y Luis. La celebración fue una muestra de la unidad y calidez de la Familia Real durante esta temporada festiva.
