
Un himno que va más allá de la música
Marta Sánchez ha compartido con emoción el valor simbólico de Resistiré durante un acto conmemorativo celebrado por la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE). Para la cantante, esta canción representa mucho más que una simple melodía: es un emblema de fortaleza colectiva, capaz de unir a generaciones en momentos difíciles.

La voz de una etapa histórica
Durante el homenaje, Sánchez recordó cómo Resistiré se convirtió en un auténtico emblema durante los meses más duros de la pandemia. En balcones, hospitales y medios de comunicación, la canción fue una constante que ofrecía esperanza. Según la artista, pocas piezas han logrado calar tan hondo en la conciencia colectiva de un país como lo hizo esta.

De canción popular a símbolo nacional
Para Marta Sánchez, Resistiré ha trascendido su origen musical para convertirse en un elemento del patrimonio emocional español. “Creo que ya forma parte de todos, como un himno no oficial que representa nuestra capacidad de salir adelante”, afirmó con convicción durante su intervención en el evento.

Reconocimiento en clave institucional
El acto organizado por la SGAE no solo sirvió para rendir tributo a una canción icónica, sino también para poner en valor la importancia de la música como vehículo de cohesión social. Marta Sánchez, como una de las voces más representativas del pop nacional, aportó su testimonio personal sobre el impacto de esta composición en la vida de millones de personas.

Una interpretación con peso emocional
En varias ocasiones, Marta Sánchez ha interpretado Resistiré en contextos especiales, y en cada uno de ellos, asegura, ha sentido la fuerza que la canción transmite. “Cuando la canto, no lo hago como si fuera cualquier tema del repertorio; siento que estoy prestando mi voz a una emoción compartida por todos”, explicó.

La música como refugio y motor
Sánchez cerró su discurso destacando el papel fundamental que ha jugado la música en los momentos más críticos. En su opinión, Resistiré es un ejemplo claro de cómo una canción puede convertirse en refugio, consuelo y también en impulso para continuar. “Cuando no hay certezas, siempre nos queda una melodía”, concluyó.