
Un legado repartido entre vitrinas
La memorabilia de Freddie Mercury ha ocupado titulares durante los últimos meses, al salir a subasta numerosos objetos personales del icónico vocalista de Queen. Desde prendas hasta partituras manuscritas, los lotes han despertado pasiones entre coleccionistas, alimentando la sensación de que el legado del artista, fallecido en 1991, se dispersa por el mundo pieza a pieza.

Kashmira Bulsara irrumpe en silencio
Mientras los fanáticos pujaban por tener un recuerdo de su ídolo, una figura inesperada entró en escena: Kashmira Bulsara, hermana del cantante. Alejada de los focos y actuando con suma discreción, adquirió de forma anónima cerca de 40 objetos personales en diferentes subastas, con la intención de preservar una parte del universo íntimo de su hermano.

Una compra cargada de significado familiar
Las adquisiciones de Kashmira no fueron improvisadas. Según relata el diario The Sun, la hermana de Mercury visitó Sotheby’s en privado junto a su hijo Jamal para identificar qué piezas deseaba recuperar. El día de la subasta, delegó la puja en uno de sus asistentes personales, mientras ella seguía los eventos desde la distancia.

Una decisión motivada por la emoción
Fuentes cercanas a la familia aseguran que Kashmira se sentía profundamente afectada por la venta de objetos con alto valor sentimental. Aunque reconoce el cariño que millones profesan a su hermano, consideraba doloroso que pertenencias tan personales acabaran dispersas por el mundo, lejos de los seres queridos del artista.

Millones invertidos en recuerdos compartidos
El esfuerzo de Kashmira no fue menor: destinó más de tres millones de euros en su afán de preservar el legado familiar. Entre los objetos adquiridos se encuentran una chaqueta diseñada para el 39º cumpleaños de Freddie, una gramola Wurlitzer, manuscritos de canciones y hasta un chaleco decorado con los gatos del cantante, protagonistas también de uno de sus últimos videoclips.

Una defensa de la memoria frente al mercado
La operación se desarrolló sin que Mary Austin, heredera de la mayoría de bienes del artista y promotora de las subastas, sospechara nada. La decisión de Kashmira fue firme: evitar que esos objetos terminaran en manos ajenas sin perder la compostura ni abrir un conflicto público con la expareja y amiga íntima de Freddie.

Objetos con alma y valor sentimental
Cada pieza recuperada por Kashmira parece hablar del hombre detrás del mito: desde jarrones reconvertidos por él mismo hasta sudaderas que usó en su día a día. La hermana del artista no busca exhibir estos objetos, sino guardarlos como testimonios del vínculo fraterno y del carácter único del vocalista de Queen. Aunque ni ella ni Mary Austin han hecho declaraciones, el gesto de Kashmira deja claro que el legado de Freddie Mercury sigue siendo un terreno sensible. En un mundo donde todo parece tener un precio, su decisión recuerda que algunos recuerdos tienen un valor que no puede medirse en libras ni en euros.