
Un giro judicial en el caso Malinche
La Audiencia Provincial de Madrid ha dado un paso significativo en la investigación sobre Nacho Cano y su musical Malinche, al decretar el sobreseimiento provisional de la causa abierta contra él por la presunta contratación irregular de becarios mexicanos. Esta decisión, si bien no cierra completamente el caso, suaviza considerablemente el escenario judicial al que se enfrentaba el productor.

La denuncia que lo inició todo
El origen del proceso se remonta a una denuncia que alertaba sobre la supuesta incorporación de jóvenes mexicanos a través de un programa de becas. Según esta versión, estos jóvenes habrían trabajado sin contrato ni remuneración justa, lo que podría suponer una infracción de la normativa laboral y de extranjería.

Acusaciones de explotación laboral
El argumento central sostenía que los becarios ejercían funciones propias de empleados contratados, generando sospechas sobre posibles prácticas de explotación laboral y fraude. Además, se señalaba que la entrada de estos jóvenes a España se habría producido como turistas, sin intención real de retornar a su país de origen.

La Audiencia contradice esa versión
Sin embargo, el reciente auto judicial matiza esta interpretación. Los magistrados no aprecian un intento deliberado de introducir a los participantes en el musical de forma clandestina. En su opinión, el procedimiento seguido es común: entrar como turista sin visado y, posteriormente, solicitar un permiso de estudios, fórmula contemplada por las normas de la Unión Europea.

Entrada legal, aunque cuestionada
La Audiencia añade que la negativa posterior a conceder los visados no implica que hubiera mala fe o intención de vulnerar la legalidad. Aunque puede discutirse la idoneidad del procedimiento, no se considera que los hechos alcancen la gravedad necesaria para ser calificados como delito de tráfico de personas.

El punto de partida: julio de 2024
Todo comenzó el pasado verano, cuando el Juzgado de Instrucción número 19 de Madrid abrió diligencias tras la denuncia de Lesly Ochoa, una joven de 28 años que participó en el proyecto. A partir de ese momento, el caso fue escalando por distintas instancias judiciales, mientras se investigaba la situación de un total de 17 becarios.

Defensa férrea de Nacho Cano
Desde el primer momento, Nacho Cano ha mantenido una postura combativa. A su llegada al juzgado insistió en que no había “nada que conciliar” y enmarcó la causa en un contexto político, sugiriendo que estaba siendo objeto de una campaña de persecución por sus opiniones públicas y su trayectoria profesional.

Críticas al proceso judicial
El productor no solo se defendió de las acusaciones, sino que también puso en entredicho el desarrollo del proceso. Según Cano, incluso la elección de la jueza que instruyó inicialmente el caso estaría sujeta a irregularidades, lo que ha añadido un componente de crítica institucional al debate.

Un caso aún abierto a interpretaciones
Aunque el sobreseimiento provisional supone una victoria parcial para Cano, la investigación no se ha cerrado definitivamente. La Audiencia no descarta que en el futuro puedan reaparecer elementos que reabran el procedimiento, si se presentan nuevas pruebas o si alguna de las partes implicadas recurre la decisión ante instancias superiores.