
Un repaso a la vida y carrera de Mala Rodríguez
Este año marca el 25º aniversario del debut discográfico de Mala Rodríguez, Lujo ibérico, que la catapultó a la fama como la primera rapera española. A sus 46 años, la artista de Jerez de la Frontera ha recorrido un camino marcado por el éxito, los premios (incluyendo dos Grammy Latinos) y la lucha por hacerse un hueco en una industria mayoritariamente masculina. En su aparición en Lo de Évole, la cantante repasó su carrera y su vida personal, compartiendo detalles que hasta ahora no había contado públicamente.

La dificultad de gestionar el éxito temprano
La cantante reflexionó sobre cómo su éxito llegó a una edad temprana, lo que la llevó a una etapa de confusión. «Me puse a trabajar en una pastelería. Me retiré. No sabía lo que era ser una persona conocida», relató, subrayando lo difícil que fue para ella gestionar la fama y la atención pública. Reconoció que el éxito le llegó demasiado rápido y que, en ese momento, no supo cómo manejar la presión de estar siempre bajo los reflectores.

Una mujer en una industria machista
La Mala también abordó la problemática de la escasa presencia femenina en el mundo del rap y la música urbana. «Hay muy pocas mujeres en los carteles», expresó, lamentando la falta de representación en un ámbito dominado por hombres. Sin embargo, también subrayó que esa desigualdad no solo se ve reflejada en la música, sino que es algo que forma parte de nuestra sociedad. «Todos vivimos en una sociedad machista», señaló, dejando claro que, como muchas otras mujeres, ha tenido que luchar para abrirse paso en un entorno hostil.

Su relación con su padre: odio y rabia
En un momento de la entrevista, Mala Rodríguez abrió una puerta a su vida personal y compartió una dura historia sobre su padre. «Le tengo un poco de coraje», dijo sobre él, explicando que no lo conoció nunca debido a la rabia que sentía por su abandono. Su madre, a los 17 años, se vio obligada a lidiar con un embarazo no deseado mientras intentaba ocultarlo para evitar el rechazo de su comunidad. Mala explicó que ese rechazo y el sufrimiento de su madre marcaron su relación con los hombres y con su propio concepto de familia.

La difícil relación con los hombres y los abusos sufridos
Mala Rodríguez también hizo referencia a los abusos que sufrió en su juventud, revelando que, aunque nunca se consideró una víctima, estos hechos influyeron en su relación con los hombres. «Siempre he ido buscando un patrón de hombre que era el que mi madre me decía», comentó, refiriéndose a su desconfianza hacia los hombres. A pesar de las dificultades, la cantante dejó claro que siempre ha confiado en sí misma y ha intentado superar los traumas del pasado sin victimizarse.

Su lucha contra la anorexia y bulimia
La entrevista también sirvió para que Mala Rodríguez compartiera su lucha contra la anorexia y bulimia, enfermedades que vivió de cerca en su juventud. La cantante aseguró que, en el entorno en el que se movía, todas las mujeres sufrían una presión constante por cumplir con los estándares de belleza impuestos. «La presión que siente la mujer no te llega a ti ni al 1%», le dijo a Évole, dejando claro el impacto que este tipo de presiones tiene en la salud mental de las mujeres, especialmente en el mundo de la moda y el espectáculo.

Su experiencia con una plataforma: una lección amarga
Mala Rodríguez también compartió su experiencia con una plataforma de internet, donde se abrió una cuenta sin saber realmente en qué consistía. «No tenía ni idea de lo que era», confesó, explicando que le atraía la idea de compartir su mundo íntimo, pero rápidamente se dio cuenta de los riesgos. La artista comparó esta plataforma con una forma de «prostitución» digital, donde la gente paga por tener acceso a tu vida personal y luego se siente con derecho sobre ti. «En el fondo es una forma de prostitución», sentenció, y advirtió que, a pesar de que se puede ganar mucho dinero, no lo recomendaría a nadie.

Un mundo de explotación
La cantante amplió su reflexión, apuntando que la gente que maneja la plataforma tiene la intención de explotar a los creadores de contenido. «La gente que maneja eso quiere explotarte, tú nunca vas a ganar», dijo, dejando claro que aunque los beneficios iniciales puedan parecer tentadores, la realidad es que no se trata de una opción sustentable ni sana. Además, prefirió no entrar en detalles sobre lo que había vivido en la plataforma, asegurando que, si lo hacía, sería algo tan desagradable que hasta ella misma vomitaría.

La reinvención personal: de la música a la reparación de coches
Mala Rodríguez también ha tenido que reinventarse en varias ocasiones. En 2014, se trasladó a San Diego, California, donde comenzó a trabajar en la reparación y venta de coches usados. «Conocí a un chico con el que tuve una hija. Jamás había tenido antes una pareja que no fuera tóxica», relató, subrayando cómo su vida dio un giro radical y cómo encontró, por fin, una relación sana. En esta nueva etapa de su vida, también reconoció que ella misma había sido tóxica en el pasado, lo que le permitió aprender y crecer emocionalmente.