
Un golpe de efecto en el Bernabéu
El Real Madrid tomó la delantera en la eliminatoria de octavos de final de la Champions League con una victoria ajustada ante el Atlético. En un duelo lleno de tensión y alternativas, los blancos se impusieron gracias a un destello de genialidad de Brahim Díaz. El equipo de Simeone, pese a la derrota, se marcha con vida y con la esperanza de remontar en el Metropolitano.

Rodrygo enciende la mecha
El partido arrancó con intensidad y, aunque se esperaba un choque táctico, el primer zarpazo llegó pronto. Valverde filtró un pase a la espalda de la defensa colchonera y Rodrygo, sin dudarlo, trazó una diagonal letal antes de soltar un derechazo que dejó sin respuesta a Oblak. El Bernabéu rugió con el tanto del brasileño, que confirmaba su idilio con los grandes escenarios.

Reclamos y polémica en el área
El Real Madrid, envalentonado por el gol, siguió atacando por los costados. En una de esas llegadas, Rodrygo cayó en el área tras un forcejeo con Javi Galán y reclamó penalti. El árbitro, sin dudarlo, indicó que no había infracción, lo que desató la protesta de los jugadores blancos y el enfado de la grada. La tensión aumentaba con cada jugada dividida.

Vinícius, un problema sin solución
El Atlético trató de reaccionar con la posesión, pero tenía problemas para progresar. Vinícius, en cambio, encontraba espacios y logró una internada peligrosa que solo pudo ser frenada por un despeje in extremis de Giménez. El brasileño era una amenaza constante y sembraba el caos en la defensa rojiblanca cada vez que recibía el balón.

Un empate de bandera
Cuando parecía que el Madrid tenía controlado el partido, apareció la magia de Julián Álvarez. El delantero argentino recibió en la izquierda, encaró a Camavinga y, con un golpeo exquisito, envió un disparo cruzado que besó el larguero antes de entrar. El Atlético igualaba la contienda con un golazo que dejó en silencio al Bernabéu por unos segundos.

Dominio rojiblanco antes del descanso
Tras el empate, los de Simeone ganaron confianza y empezaron a dominar. Controlaban el balón con criterio y aprovechaban cualquier resquicio en la zaga merengue. Antes del descanso, un mal control de De Paul en el área impidió que los rojiblancos se marcharan con ventaja. El Madrid, por su parte, parecía aturdido.

Brahim, el héroe inesperado
En la segunda mitad, cuando más sufría el Madrid, apareció Brahim Díaz. El joven malagueño recibió en la frontal, se deshizo de Giménez con un regate eléctrico y, con un disparo ajustado, batió a Oblak. Su gol devolvía la ventaja a los blancos y provocaba la explosión del Bernabéu.

Courtois salva los muebles
El Atlético no se rindió y tuvo la oportunidad de empatar de nuevo con un disparo de Griezmann que Courtois desvió con la yema de los dedos. El belga se erigió en salvador cuando su equipo más lo necesitaba, frustrando cualquier intento de reacción colchonera.

Modric y la batalla del medio campo
Con la entrada de Modric, el Madrid ganó control en el centro del campo. Simeone movió ficha con Correa y Sorloth, buscando desequilibrar el partido en los minutos finales. Sin embargo, los merengues gestionaron bien la ventaja y mantuvieron la compostura ante los últimos intentos rojiblancos. El pitido final dejó una sensación de batalla inconclusa. El Madrid se llevó la victoria, pero el Atlético demostró que puede competir de tú a tú. Con la vuelta en el Metropolitano a la vista, la eliminatoria sigue abierta y promete otro choque de alto voltaje.