
Un imperio de túnicas y limusinas
Rappel no solo leía el futuro en ‘Tómbola’, sino que también vivía un presente dorado. El vidente, que acaba de publicar sus memorias, ha recordado con nostalgia las cifras astronómicas que manejaba el programa. Cada semana, su presencia televisiva le aseguraba un ingreso difícil de imaginar hoy en día.

Un sobre con un millón de pesetas
Lejos de las transferencias bancarias y los pagos electrónicos, en ‘Tómbola’ se manejaba dinero en efectivo. “Al acabar cada programa, me daban un sobre con un millón de pesetas (6.000 euros)”, confiesa Rappel. Un pago semanal que, sumado durante siete años, le permitió acumular una considerable fortuna.

Viajes en limusina a cuenta de la televisión
El glamour no era solo parte del espectáculo, sino del día a día del vidente. «Cuando estaba en ‘Tómbola’, la tele me pagaba un garaje para la limusina», asegura. Este lujo era solo un reflejo de su estilo de vida, en el que los coches ostentosos y la extravagancia eran moneda corriente.

Un palacio en el corazón de Madrid
No solo el transporte reflejaba su éxito, también su hogar. Con las ganancias del programa, Rappel adquirió un piso en el centro de Madrid, con un inmenso jardín privado donde crecían árboles y se erguían estatuas de Buda. Un oasis de espiritualidad y opulencia en plena capital.

400 túnicas para la posteridad
Cada jueves, el vidente no solo sorprendía con sus predicciones, sino con su atuendo. “Fueron casi 400 túnicas que estrené y que aún guardo con cariño”, recuerda. Su vestuario era tan icónico como su presencia en el plató, un elemento inseparable de su personaje televisivo.

Sueldos que hoy parecen de otro mundo
Rappel no fue el único que se benefició de los sueldos de ‘Tómbola’. Jesús Mariñas recibía 500.000 pesetas (unos 3.000 euros) por programa, mientras que Alessandro Lecquio alcanzó cifras estratosféricas: hasta 7 millones de pesetas (42.000 euros) por una sola aparición.

Dinio y las tarifas de la provocación
El caché de los invitados dependía del morbo que generaban. Dinio, un rostro habitual del escándalo, reveló que sus tarifas oscilaban entre los 18.000 y los 30.000 euros por intervención. Cifras impensables para la televisión de hoy, pero que en aquellos años eran el pan de cada día.

Un elenco que marcó historia
‘Tómbola’ no solo era un plató, sino una arena donde se libraban batallas dialécticas. Karmele Marchante, Paloma Barrientos, Ketty Rico y Lydia Lozano conformaban el ejército de tertulianos que alimentaban la polémica. A la cabeza, Ximo Rovira dirigía el espectáculo con la autoridad de un maestro de ceremonias.

El programa que lo cambió todo
El formato de ‘Tómbola’ sentó las bases de la prensa rosa televisiva en España. Sus debates acalorados, sus exclusivas explosivas y sus invitados de alto voltaje crearon un fenómeno sin precedentes. La televisión nunca volvió a ser la misma.