
Una clasificación agónica
El Real Madrid vivió una noche de tensión y emoción en Butarque, donde el Leganés estuvo a punto de escribir una página histórica en la Copa del Rey. Con un partido que tuvo de todo, desde goles espectaculares hasta errores inesperados, el equipo blanco logró una agónica clasificación a las semifinales con un gol en el último suspiro.

El muro ucraniano
Desde el pitido inicial, el Leganés dejó claro que no se rendiría fácilmente. Juan Cruz encontró a Diego García en una jugada prometedora, pero el portero Lunin se vistió de héroe con una intervención clave. Durante los primeros minutos, el guardameta del Madrid fue el más exigido en el campo, deteniendo también una falta peligrosa que pudo cambiar el rumbo del partido.

Modric, la brújula de siempre
Modric, la brújula de siempre
A pesar del empuje local, el Madrid encontró calma en la calidad de Modric. Rodrygo, con una internada precisa por la banda izquierda, cedió el balón al croata, quien definió con su característico golpeo exterior. Fue un gol de veterano, de esos que no sorprenden pero siempre maravillan, y que sirvió para despertar a los blancos en Butarque.

Endrick, un guiño al futuro
Endrick, un guiño al futuro
El 0-2 llegó en una jugada de insistencia y fortuna. La defensa del Leganés logró interrumpir un ataque en cadena del Madrid, pero el rebote favoreció a Endrick, que sin dudarlo marcó con una frialdad impropia de su edad. El joven brasileño empieza a justificar su fichaje antes incluso de incorporarse oficialmente al equipo.

El Leganés se recuperó
Cuando parecía que el Madrid tenía el partido controlado, una mano clara de Jacobo Ramón dentro del área cambió el panorama. El árbitro señaló penalti y Juan Cruz, con aplomo, engañó a Lunin para recortar distancias. El Leganés volvía a la vida, y la segunda parte prometía emociones fuertes.

La noche de las oportunidades perdidas
El Madrid pudo sentenciar el partido en la segunda parte, pero su falta de precisión lo condenó al sufrimiento. Vinícius falló a puerta vacía, Endrick no llegó por centímetros a un centro de Modric y Brahim estrelló un intento en el larguero. Cada fallo aumentaba la confianza del Leganés.

Un empate con tintes de hazaña
El esfuerzo local tuvo premio en el minuto 59. Juan Cruz, otra vez protagonista, disparó dentro del área en una jugada enredada. El balón, tras golpear en Mendy, cambió su trayectoria y dejó sin opciones a Lunin. El empate despertó la ilusión en Butarque y puso en jaque al Madrid.

Vinícius contra la madera
En busca del desempate, Vinícius intentó desequilibrar el partido con una jugada individual. En una acción inverosímil, mientras caía, logró conectar un disparo inesperado que terminó estrellándose en el poste. Butarque contenía la respiración mientras el Madrid desesperaba ante su falta de acierto.

Gonzalo García, el inesperado héroe
El Leganés se aferró al empate con todo lo que tenía, mientras el Madrid multiplicaba su asedio. Los intentos de Rodrygo, Bellingham y Brahim quedaban en el umbral del gol, pero el reloj avanzaba y el tiempo parecía agotarse. Todo apuntaba a una prórroga con tintes dramáticos. Pero en el 93′, cuando la prórroga era un hecho, Gonzalo García apareció de la nada. El canterano, en una acción de puro instinto, se elevó sobre la defensa para conectar un cabezazo impecable tras un centro de Brahim. El Madrid sellaba su pase a semifinales de forma agónica, dejando al Leganés con la sensación de haber rozado la gloria.