El 17 de julio de 2024, el Rey Carlos III presidió la apertura oficial del Parlamento británico, un evento cargado de tradición y simbolismo. Esta ceremonia, que marca el inicio de la nueva legislatura, se llevó a cabo con la pompa y circunstancia que caracteriza a la monarquía británica.

Carlos III llegó al Parlamento ataviado con ropas ceremoniales y la corona del estado, listo para ofrecer el discurso del trono, un documento que detalla el programa legislativo del nuevo gobierno laborista liderado por el primer ministro Keir Starmer. Este discurso es una tradición que se remonta al siglo XV y es la única ocasión rutinaria en la que las dos cámaras del Parlamento y el monarca se reúnen en el mismo lugar.
La jornada comenzó temprano, con los alabarderos de la Guardia Real registrando los sótanos del Parlamento en busca de explosivos, una tradición que recuerda la Conspiración de la Pólvora de 1605. Posteriormente, el Regimiento de la Caballería Montada de la Casa Real lideró una procesión desde el Palacio de Buckingham hasta el Parlamento. El monarca hizo el recorrido en una carroza dorada, mientras otro carruaje llevaba la corona imperial del Estado y otros símbolos de la monarquía.

El discurso del Rey Carlos III no solo expuso las prioridades legislativas del nuevo gobierno, sino que también subrayó el papel constitucional del monarca como jefe de Estado. Este evento es un recordatorio de la evolución del Reino Unido, de una monarquía absolutista a una democracia parlamentaria donde el poder real reside en la Cámara de los Comunes