El Papa Francisco ofició una misa multitudinaria en Puerto Moresby, la capital de Papúa Nueva Guinea, como parte de su visita pastoral a este país. El evento tuvo lugar en el estadio John Guise, donde se congregaron alrededor de 35,000 personas para escuchar el mensaje del Pontífice.
Durante la misa, el Papa Francisco destacó la importancia de la cercanía de Dios, asegurando a los fieles que, aunque se encuentren en “los confines del mundo”, Dios siempre está cerca de ellos. En su homilía, el Papa subrayó que Dios abate las distancias y se acerca a cada uno de nosotros, especialmente a aquellos que se sienten alejados o marginados. Este mensaje resonó profundamente en una nación donde la mayoría de la población es cristiana y cerca del 30% son católicos.
La ceremonia estuvo marcada por la integración de tradiciones locales, con una procesión de ingreso acompañada de músicas y bailes típicos de la región. El Papa recorrió el estadio en un carrito de golf, saludando a los fieles que habían viajado desde diversas partes del país, algunos de ellos realizando largos trayectos debido a la falta de infraestructuras adecuadas.
Además de la misa, el Papa Francisco aprovechó su visita para reunirse con el Gobernador General de Papúa Nueva Guinea, Bob Bofeng Dadae, y otras autoridades locales. Durante estos encuentros, el Papa expresó su admiración por la riqueza cultural del país y destacó la importancia de la unidad y la justicia social.
La visita del Papa Francisco a Papúa Nueva Guinea es parte de su gira por Asia y Oceanía, que también incluye paradas en Indonesia y Timor Oriental. Esta visita no solo refuerza los lazos entre el Vaticano y Papúa Nueva Guinea, sino que también pone de relieve la atención del Papa hacia las comunidades más remotas y necesitadas del mundo.