El canciller alemán, Olaf Scholz, ha rendido homenaje a las víctimas del reciente atentado en Solingen, un ataque que ha conmocionado a Alemania. El atentado, perpetrado por un refugiado sirio de 26 años, dejó tres muertos y varios heridos durante un concierto que celebraba los 650 años de la fundación de la ciudad.
Durante la ceremonia, Scholz expresó su profunda tristeza y condena hacia el acto de violencia, calificándolo como un ataque terrorista que afecta a toda la nación. En su discurso, el canciller subrayó la necesidad de reforzar las medidas de seguridad y prometió acelerar las deportaciones de aquellos que representen una amenaza para la seguridad del país. “Siento ira y rabia hacia los islamistas. Algo así no puede volver a ocurrir”, declaró Scholz, mientras depositaba una rosa blanca en el lugar del atentado.
El homenaje contó con la presencia de autoridades locales y regionales, así como de numerosos ciudadanos que se acercaron a mostrar su solidaridad con las víctimas y sus familias. Las calles cercanas al lugar del ataque se llenaron de flores, velas y mensajes de apoyo, reflejando el dolor y la unidad de la comunidad ante esta tragedia.
Este atentado ha reavivado el debate sobre la política migratoria y la seguridad en Alemania, especialmente en un momento en que el país se prepara para elecciones regionales clave. La ultraderecha ha intentado instrumentalizar el ataque para ganar apoyo, lo que ha generado una mayor polarización en el discurso político.