Las Fiestas de Sant Joan en la Ciudadela son una celebración llena de tradición y significado, que atrae a visitantes de todas partes para disfrutar de la cultura y la hospitalidad de Menorca.
Las Fiestas de Sant Joan en la Ciudadela, Menorca, son una celebración tradicional que se lleva a cabo cada año y que tiene sus raíces en el siglo XIV. Estas fiestas, que se celebran durante una semana, desde el domingo anterior al 24 de junio hasta el propio día de San Juan, son uno de los eventos más esperados y celebrados en la isla. ©GTRES
El origen de estas festividades es religioso y se remonta a una peregrinación anual a la pequeña ermita de Sant Joan de Missa, organizada por la cofradía del santo. Los miembros de esta cofradía, que representaban los principales estamentos de la sociedad tradicional menorquina, acudían montados a caballo junto a familiares y amigos para honrar a su patrón, San Juan Bautista. ©GTRES
Con el paso de los años, la fiesta fue adquiriendo fuerza y se le sumaron otros elementos, como juegos de habilidad de la época y actos diversos. Los antiguos obreros son el antecedente histórico de los caixers actuales que integran la Junta de Caixers, que se renueva cada bienio y tiene la responsabilidad de organizar las fiestas de Sant Joan de Ciutadella, así como velar por el cumplimiento de los protocolos. ©GTRES
Las festividades comienzan oficialmente con el ‘primer toc de fabiol’ (flauta) en el palacio de caixer senyor. Sin embargo, el ambiente festivo comienza la noche anterior, cuando se expone el cordero en el domicilio del caixer pages de tramuntana. Este evento, conocido como el ‘Día des Be’, se celebra siempre el domingo anterior a Sant Joan. ©GTRES
Durante las festividades, los jinetes, vestidos de blanco y negro, recorren las calles del pueblo hasta que, después de la misa, se celebra el tradicional jaleo. En el jaleo, los caixers entran en la plaza del pueblo y pasan entre la multitud demostrando sus habilidades y haciendo saltar a los caballos al ritmo de las típicas canciones de estas fiestas. ©GTRES
Un dato curioso es que, antes de iniciarse las celebraciones, durante la madrugada, se esparcen más de cien toneladas de arena en las calles y plazas del casco histórico de Ciutadella para evitar que los caballos resbalen. ©GTRES